jueves, 1 de diciembre de 2016

FORMACIÓN Y DESARROLLO DE LA EXPRESIÓN ARTÍSTICA DESDE LAS EDUCACIÓN MUSICAL

La música para los niños y las niñas en la educación inicial cumple un papel muy importante, debido a que favorece su desarrollo socio afectivo dentro y fuera del aula, como es aceptado y de qué manera compartir con las personas que lo rodean.

La música es como un lenguaje “inteligencia auditivas” (Edgar Willems), es un salvavidas emocional que resguarda y provee la libertad de expresión; de tal manera que los niños y las niñas experimentan y son espontáneos en su forma de hablar, decir sus sentimientos y emociones desde la música, puesto que produce placer y satisfacción, despierta su capacidad de observación y adaptación a todo aquello que los rodea e igual forma les facilita la interacción grupal al momento de tocar algún instrumento  musical.

Los niños y las niñas por medio de la música, descubren formas nuevas de comunicación, fortalecen su autoestima, de igual forma ayuda al fortalecimiento de la coordinación motora, la creatividad emocional, exteriorización del sentido rítmico, expresan levemente sus afectos a través del sonido y el movimiento; como docentes se debe inspirar en ellos el respeto hacia la vida de los demás y la propia desde el arte musical y desde sus distintas formas.

Debemos tener en cuenta que la música es un proceso que tiene por finalidad colaborar en el proceso educativo de los niños y las niñas, con el objetivo de lograr un desarrollo integral y armónico, en el cual no solo se involucre al niño, sino también a la familia y que como docentes se pueda potencializar el legado cultural y lingüístico de cada niño y niña. “Todas las expresiones están sujetas a un origen cultural y a modelos de representación que, a su vez, varían, se mezclan y se transforman al viajar de persona en persona, de generación en generación” (Documento 21, el arte en la educación inicial, 2014).

La expresión musical en los primeros años de vida consiste, principalmente en escuchar; las niñas y los niños están alerta a los sonidos, a las palabras, y así, desde sus sentidos se apropian del mundo. “Entre los brazos que acunan y arrullan al bebé, yendo de un lado a otro al compás del corazón, paralelamente, se afianzan los potenciales rítmicos, melódicos y la capacidad para explorar” (Documento 21, el arte en la educación inicial, 2014).

Muchas de las actividades que se pueden realizar con los niños y las niñas, deben desarrollar en ellos un nivel auditivo y manejo instrumental, ofreciendo una variedad de sonidos, melodías, canciones, dentro de los juegos mostrarles que hay ritmo y música de la misma forma se pueden realizar con ellos instrumentos musicales que permitan que ellos desde su creación exploren, conozcan y aprendan, así como enseñarles que en el sonido de la naturaleza también hay melodía y ritmo.

Animar a los niños y niñas a participar del canto y el baile de manera que ellos disfruten de canciones y melodías que le permitan interpretara con su cuerpo, de manera libre, espontanea, coordinada, reconociendo y explorando el espacio en el que se encuentran.

Debemos tener presente como nos dice Howard Gardner que la música hace parte de una de las siete inteligencias y que es la habilidad para apreciar, discriminar, transformar y expresar las formas musicales, así como para ser sensible al ritmo, al tono y al timbre, debido a ellos como docente se deben buscar estrategias que potencialicen estas habilidades

“Cualquier individuo normal que haya escuchado desde pequeño música con cierta frecuencia puede manipular el tono, el ritmo y el timbre para participar con cierta soltura en actividades musicales, incluyendo la composición, el canto o, incluso, tocar algún instrumento” (Howard Gardner 1983).

Métodos pedagógicos en el siglo XX

Método Dalcroze: rítmica, solfeo e improvisación.

Teoría de Piaget: el conocimiento musical debe adquirirse en el colegio mediante el desarrollo creativo sobre el propio ambiente sonoro, de tal forma que la inteligencia musical se irá desarrollando a medida que el individuo se familiariza con la música; deben aprovechar el desarrollo natural del niño, con lo que el crecimiento musical pasará de la percepción a la imitación e improvisación.

Método Willems: psicología; voz y movimiento; musicogramas.

Método Kodály: lectura de notas, canto, do móvil, música popular

Método Orff: lenguaje, música y movimiento

Método Montessori: trabaja desde el vientre materno, programación neurolingüística, trabaja la autoestima.

Método Martenot: trabaja es sentido instintivo del ritmo, enseña a amar la música, favorece el desarrollo del ser. Juego.

Método Ward: formación vocal (Buenos – regulares – mala voz). Canto gregoriano.

Método Suzuki: enseñar a través del violín. "aprender escuchando", repetición.

Howard Gardner: “inteligencia musical”,  capacidad de percibir, discriminar, transformar y expresarse mediante las formas musicales.

Dentro de los métodos ya mencionados se puede recalcar que es una nueva estrategia de carácter progresivo, aborda aspectos tales como el canto, ritmo, etc., estimula al alumno, familiariza al alumno con la realidad y su entorno, permite el desarrollo de la comunicación, y la corporalidad y le da un sentido lúdico al aprendizaje.

Sin embargo cada uno de estos métodos inicia una música y no la música, es decir se centra en una sola cosa, cada uno está encerrado en su forma, no evita la dificultad del solfeo, no introduce a la música de hoy y están dirigidos a formar lectores principalmente.

La cultura en su esencia es una cuestión de ideas y valores, un molde mental colectivo. La música es una rama del conocimiento que promueve la identidad cultural de las personas, es representativa de los pueblos, refuerza el desarrollo de la cultura y es un medio idóneo para transmitir los hábitos de convivencia.

Se estima que la música cuenta con gran importancia para el ser humano ya que le permite expresar miedos, alegrías, sentimientos muy profundos de diverso tipo. La música permite canalizar  sentimientos y emociones.

Una forma de potenciar la expresión musical es trabajar el nivel auditivo de los niños, es decir, tener en las aulas un buen repertorio de sonidos melodías, canciones, instrumentos musicales y trabajar de igual forma el nivel de manejo instrumental.




















Instrumentos elaborados en casa, de izquierda a derecha: maracas, guacharaca, claves.

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